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La Época de los sueños Surrealistas.

La formal ruptura de Breton, Aragon, Eluard y Péret con el dadaísmo se produjo al día siguiente de fracasar el "Congreso para el establecimiento y las directivas del espíritu moderno", en el curso del año 1922. Esta ruptura se hizo necesaria por la antagónica manera de pensar de Tzara y Breton.

Tzara quería prolongar artificialmente, sobre un plano ideológico, el estado anárquico del arminstício. Este estado de cosas no fue más que una transición hacia una nueva estabilización económica, social y política de Europa, al menos por unos años. Otras maneras de pensar se formaban a partir de los descubrimientos científicos, filosóficos y psicológicos de Einstein, Heisenberg, de Broglie y Freud, que inauguraban una nueva concepción del mundo, de la materia y del hombre. Las nociones del relativismo universal, la ruina de la causalidad, la omnipotencia del inconsciente, rompiendo con las concepciones tradicionales fundadas sobre la lógica y el determinismo, imponen una óptica nueva y convidan a búsquedas fecundas y apasionadas que hacen inoficiosos el alboroto y la agitación estériles.

No puede negarse que gracias a Dadá [ DADAISMO ] el surrealismo desde sus comienzos negó la solución literaria, poética o plástica. El arte había recibido de manos de Dadá un golpe del que no se repondría en años, pero la ambición de los surrealistas no estaba en fundar sobre ruinas una nueva estética. Se ha visto que al final el arte encontró un beneficio de esto, que no fue un yerro. Al surrealismo lo consideraron sus creadores no como una nueva escuela, sino como un medio para el conocimiento de regiones novedosas que hasta el momento no habían sido sistemáticamente exploradas: el subconsciente, lo maravilloso, el sueño, la locura, los estados de alucinación. Si a esto se agrega lo fantástico y lo asombroso que existe en el mundo, tenemos, en una palabra, el reverso de la concepción lógica. El objetivo final será la conciliación de los dos campos hasta ahora antagónicos en el seno de una unidad total, primero de los hombres y luego de éstos y el mundo.

Mucho tiempo después de la creación del movimiento, esta voluntad de investigación científica en la zona develada pro Freud no los abandona, y es desde éste punto de vista que será honesto juzgar los resultados literarios y plásticos a los que llegaron, sin pretender sujetarlos a cánones de arte y belleza a los cuales jamás quisieron someterse.